Antiguamente el educador sólo necesitaba de un pizarrón y tiza para enseñar, hoy en día vemos como algunas aulas están amobladas con computadores, proyectores y pizarras interactivas, y aún más, como si fuera poco, visualizando la sala del futuro.
La evolución tecnológica que estamos viviendo actualmente, no es ajena al sistema educativo ya que se ha ido incorporado con el fin de construir nuevos aprendizajes, utilizando nuevas metodologías y aprovechando los recursos tecnológicos que se nos están ofreciendo.
Pese a toda la tecnología, el profesor deberá avanzar con los cambios que se están produciendo y no aterrarse ante la situación, ser creativo e innovar.
Su rol es importante, ya que por más que haya un aparato tecnológico haciendo gran parte de la tarea, la figura del profesor debe seguir presente como guía para los alumnos, de esta forma se evitará el mal uso de esta nueva herramienta y el educando podrá sacar provecho de forma correcta a las nuevas tecnologías. Además, hoy en día es muy fácil acceder a Internet, por lo cual se requiere de un supervisor y de alguien que oriente el aprendizaje del alumno.
Mientras que el alumno deberá discernir entre la información válida (oficial) y la errada (basura). Como también aquella información contradictoria, donde el estudiante deberá analizar diversos fundamentos y puntos de vistas.
Es relevante que se desarrollen habilidades tales como la resolución de problemas, tener una opinión y crítica propia, seleccionar, analizar, y explicar la información que leen. Sin embargo, no bastará con sólo entenderlo y procesarlo sino que también se requerirá de una aplicación, con el objetivo de adquirir conocimiento y experiencia de lo aprendido.
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